Houston vive días de tensión tras el hallazgo de cinco cadáveres en canales urbanos entre el 15 y el 20 de septiembre. La rápida sucesión de estos descubrimientos ha encendido especulaciones sobre un posible asesino en serie, aunque las autoridades insisten en que no hay evidencia de conexión entre los casos. El Departamento de Policía de Houston confirmó los hechos en una rueda de prensa el 23 de septiembre, donde el alcalde John Whitmire pidió calma ante rumores que circulan en redes sociales. Esta situación evoca temores similares en otras ciudades texanas, pero los investigadores tratan cada muerte por separado para determinar causas precisas.
La ciudad, con sus extensos bayous que sirven como drenaje natural, ha visto un aumento en recuperaciones de cuerpos este año, con un total de 14 hallazgos en vías fluviales hasta la fecha. El agente Alan Rosen, del Precinto Uno del Condado de Harris, describió el patrón como inusual: «Normalmente no encontramos cuatro cadáveres en pantanos en una semana». Las autopsias preliminares no muestran signos de trauma en la mayoría, lo que apunta a posibles ahogamientos accidentales o suicidios, pero la incertidumbre mantiene a la comunidad en vilo.
Los descubrimientos en los Bayous
Los cuerpos aparecieron en diferentes puntos de la red de canales que atraviesan Houston, una ciudad propensa a inundaciones por su terreno plano y clima variable. El primero se reportó el 15 de septiembre en Brays Bayou, donde hallaron a Jade McKissic, una estudiante de 20 años de la Universidad de Houston. La joven fue vista por última vez el 11 de septiembre en un bar con amigos, luego comprando en una gasolinera cercana y caminando hacia el bayou alrededor de la una de la madrugada. La autopsia descartó homicidio por ausencia de trauma, según el Departamento de Policía.
Al día siguiente, un segundo cadáver surgió en Green Bayou, seguido de un tercero en White Oak Bayou el 16 de septiembre. El cuarto apareció en Buffalo Bayou, cerca del centro, el 18 de septiembre, y el quinto en una zona metropolitana el sábado posterior. Tres víctimas permanecen sin identificar, y las autopsias completas están pendientes. Un portavoz policial enfatizó: «Cada muerte es diferente, y el médico forense determinará las causas». Estos hallazgos, en canales como Brays y Buffalo que fluyen hacia el Golfo de México, resaltan riesgos cotidianos para residentes que usan estas áreas para recreación o atajos.
Rosen, en declaraciones oficiales, urgió a la población a evitar especulaciones y reportar desapariciones tempranamente. La jefa de policía Noe Díaz añadió que no hay patrón criminal detectable, descartando un asesino en serie por falta de heridas evidentes como estrangulamientos o disparos. Sin embargo, la proximidad temporal alimenta dudas, especialmente entre corredores y peatones que frecuentan estos senderos.
Respuesta de autoridades y temor en la comunidad
El alcalde Whitmire, en su conferencia del 23 de septiembre, llamó a frenar «la especulación salvaje» que genera pánico innecesario. «Ya es suficiente con tanta especulación», dijo, respaldado por Díaz, quien reiteró: «No hay evidencia que sugiera conexión entre estos casos». Candidatos políticos han avivado teorías al insinuar un criminal oculto, pero las autoridades federales, a través del FBI local, confirman que no hay investigación conjunta por serie criminal. El Condado de Harris ha activado protocolos para búsquedas en bayous, con drones y equipos caninos desplegados.

La comunidad de Houston, con más de 2.3 millones de habitantes, siente el impacto en barrios como el centro y el este, donde los bayous son vías comunes. Un corredor local compartió su miedo: «Da un poco de miedo con tantas coincidencias». La profesora Krista Gehring, de la Universidad de Houston, explicó que causas como caídas accidentales o sobredosis explican la mayoría, no un asesino en serie sin signos claros. Hasta ahora, 14 cuerpos recuperados en 2025 subrayan la necesidad de campañas de seguridad acuática.
Díaz anunció patrullas aumentadas en áreas fluviales y líneas directas para tips. El gobernador Greg Abbott, desde Austin, ofreció apoyo estatal si se confirma cualquier patrón, pero enfatizó investigaciones individuales. Mientras autopsias avanzan, Houston equilibra vigilancia y normalidad, recordando que el agua siempre guarda secretos.
Similitudes con el caso de Austin
La situación en Houston recuerda la ola de cuerpos en el lago Lady Bird de Austin, donde 19 fallecidos se hallaron recientemente, sumando 38 desde 2022. La mayoría son hombres de 30 a 49 años, con causas atribuidas a ahogamientos accidentales, suicidios o sobredosis, según la policía de Austin. Solo un caso se clasifica como homicidio, pero la similitud en perfiles genera dudas entre expertos.
El Departamento de Policía de Austin atribuye los incidentes al fácil acceso al lago y consumo de alcohol, pero familiares cuestionan la versión oficial. En Houston, Rosen ve ecos similares: «La realidad es menos conspirativa». Ambas ciudades, con sus cuerpos de agua urbanos, enfrentan críticas por monitoreo insuficiente. Abbott, en un comunicado, urgió a Texas a invertir en seguridad lacustre. Mientras, en Houston, el foco permanece en identificar a los tres restantes y cerrar capítulos con dignidad.
