El Triángulo de las Bermudas, esa región del océano Atlántico entre Miami, Bermudas y Puerto Rico, ha fascinado al mundo durante décadas con historias de barcos y aviones que desaparecen sin dejar rastro. Sin embargo, el científico australiano Karl Kruszelnicki, respaldado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, asegura que no hay nada sobrenatural en este lugar. Lejos de ser una zona maldita, las desapariciones en el Triángulo de las Bermudas se explican por condiciones naturales, errores humanos y simples estadísticas. Este 13 de agosto de 2025, las autoridades reiteran que el misterio es más mito que realidad.
Kruszelnicki ha estudiado el área durante años y explica que el Triángulo no es más peligroso que otros océanos. La región es una de las rutas marítimas y aéreas más transitadas del mundo, lo que naturalmente aumenta el número de incidentes. Según datos de la NOAA, las tasas de accidentes aquí son proporcionales a las de otras zonas con tráfico similar. Las historias de fenómenos paranormales, como abducciones alienígenas o portales temporales, carecen de evidencia sólida y han sido exageradas por la cultura popular.
Condiciones naturales
El Triángulo de las Bermudas es un área desafiante para navegantes y pilotos debido a sus condiciones ambientales únicas. La Corriente del Golfo, un flujo oceánico rápido, puede generar tormentas repentinas y olas impredecibles que desorientan a los barcos. Las tormentas tropicales y huracanes son frecuentes, especialmente entre junio y noviembre, y los tornados marinos pueden aparecer sin previo aviso. Además, la presencia de numerosos arrecifes de coral e islas crea rutas de navegación complicadas, aumentando el riesgo de encallar o chocar.
Kruszelnicki también destaca anomalías magnéticas en ciertas partes del Triángulo, donde las brújulas señalan el norte verdadero en lugar del norte magnético. Esto puede confundir a los navegantes, especialmente en épocas con tecnología menos avanzada. Cuando se combinan estas condiciones con mal tiempo o equipos defectuosos, los errores se vuelven más probables. La NOAA ha documentado que estas características naturales explican muchos de los incidentes atribuidos al Triángulo.
Errores humanos
Muchos accidentes en el Triángulo de las Bermudas se deben a fallos humanos o técnicos, según Kruszelnicki. En décadas pasadas, los sistemas de comunicación limitados dificultaban los rescates rápidos, dejando a barcos y aviones a su suerte. Los errores de navegación, como cálculos incorrectos o mal uso de instrumentos, han sido comunes. Incluso hoy, con tecnología avanzada, un fallo en el equipo durante una tormenta puede ser catastrófico. La NOAA señala que la mayoría de las desapariciones tienen explicaciones lógicas, como naufragios o colisiones.
Un caso famoso es el del piloto Bruce Gernon, quien en 1970 afirmó haber atravesado una nube en forma de túnel que descompuso sus instrumentos y causó una discrepancia de tiempo. Aunque la historia ha alimentado teorías de portales temporales, Kruszelnicki sugiere que pudo ser un fenómeno meteorológico, como una nube lenticular o una ilusión óptica. Sin evidencia concreta, estas anécdotas no sostienen las teorías paranormales.
Orígenes del mito
El término nació en 1963, cuando el escritor Vincent Gaddis publicó un artículo que conectaba varias desapariciones en la zona. En 1974, el libro de Charles Berlitz amplificó el mito, sugiriendo causas como la Atlántida o extraterrestres. Kruszelnicki critica estas historias por basarse en especulaciones sin pruebas verificables. La aseguradora Lloyd’s of London, que analiza riesgos marítimos, confirma que las pérdidas en el Triángulo no son estadísticamente inusuales, desmontando la idea de una zona maldita.
El atractivo del misterio ha sido impulsado por libros, documentales y películas que priorizan el entretenimiento sobre los hechos. A pesar de esto, la comunidad científica, incluyendo la NOAA y la Marina de Estados Unidos, coincide en que no hay nada excepcional en el Triángulo. Los accidentes ocurren por las mismas razones que en otras partes del mundo: mal tiempo, errores humanos y alta actividad marítima.
El Triángulo de las Bermudas seguirá inspirando historias, pero la ciencia ofrece una explicación clara. Las desapariciones, aunque trágicas, no son misteriosas. Son el resultado de un entorno desafiante y decisiones humanas bajo presión. Mientras los barcos y aviones sigan cruzando esta región, los incidentes continuarán, pero no por causas sobrenaturales. La próxima vez que escuches una historia sobre el Triángulo, recuerda que la verdad está en los datos, no en los mitos.
 
															 
				 
											
 
								 
															