El presidente Donald Trump ha lanzado una dura advertencia a 17 grandes farmacéuticas. Les ha dado un plazo de 60 días para ofrecer los mejores precios posibles en los nuevos medicamentos o, en caso contrario, sugiere que usará “todas las herramientas” disponibles desde su Administración para defender a las familias estadounidenses.
La amenaza de Trump a las farmacéuticas quedó plasmada en una carta enviada esta semana a los directivos de compañías como Eli Lilly and Company, en la que exige medidas concretas para frenar lo que considera una “explotación” a costa de los pacientes en Estados Unidos. Según el documento leído públicamente por la portavoz de su equipo, Karoline Leavitt, los laboratorios deberán comprometerse a eliminar los precios inflados, devolver beneficios obtenidos en el extranjero y permitir compras directas al precio más bajo disponible internacionalmente.
Trump amenaza a las farmacéuticas con medidas drásticas si no igualan precios internacionales
El núcleo del mensaje de Trump se centra en que los ciudadanos estadounidenses no deben pagar más por medicamentos que los residentes de otras naciones desarrolladas. De hecho, el propio Trump firmó una orden ejecutiva el pasado 12 de mayo en la que exigía a estas empresas una reducción de precios dentro de un plazo de 30 días, anticipando así esta nueva ofensiva.
Fotografía de archivo de un stand de la empresa Pfizer. EFE/EPA/Alex plavevski
“El objetivo es garantizar que los estadounidenses paguen los mismos precios que disfrutan otras naciones desarrolladas”, se lee en el texto. Trump recordó que, en promedio, los medicamentos de marca en Estados Unidos cuestan hasta tres veces más que en otros países por los mismos productos.
Este fenómeno no es nuevo. Durante décadas, la industria farmacéutica ha fijado precios significativamente más altos en Estados Unidos que en Europa o Canadá, donde los gobiernos negocian directamente con las farmacéuticas. En cambio, el sistema estadounidense permite a las compañías establecer precios sin límites, generando enormes ganancias para los laboratorios, pero también una carga financiera insostenible para muchas familias.
Trump amenaza a las farmacéuticas y propone devolver ingresos del extranjero a los pacientes
Entre las exigencias expresadas en la carta figuran medidas que cambiarían el funcionamiento actual del mercado farmacéutico en Estados Unidos. Trump pide, por ejemplo, que se apliquen los precios de “nación más favorecida” al plan Medicaid, lo que implicaría que el gobierno federal solo pague lo mismo que los países con las mejores negociaciones internacionales.
Además, solicita que los ingresos adicionales obtenidos por la venta de medicamentos en el extranjero se devuelvan a los pacientes y contribuyentes estadounidenses. Por último, plantea que los ciudadanos puedan comprar directamente medicamentos a precios internacionales, lo que reduciría de forma drástica el costo en el mercado interno.
“Los estadounidenses exigen precios más bajos en los medicamentos y los necesitan hoy. Otras naciones se han aprovechado de nuestra innovación durante demasiado tiempo y es hora de que paguen lo que les corresponde”, señala el presidente en un fragmento contundente de la misiva.
Fotografía de archivo de una trabajadora sanitaria preparando una jeringa con una dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech. EFE/EPA/Caroline Brehman
Trump amenaza a las farmacéuticas mientras crece el debate sobre los precios de medicamentos
La ofensiva de Trump se produce en un contexto político en el que el costo de los medicamentos se ha convertido en una preocupación central para los votantes. Una encuesta realizada por KFF (Kaiser Family Foundation) en 2024 reveló que casi 8 de cada 10 estadounidenses consideran que los precios de los medicamentos recetados son “excesivos”, y más de la mitad ha dejado de comprar un fármaco alguna vez por su alto costo.
Durante su mandato, Trump intentó presionar a las farmacéuticas para reducir los precios, aunque varias de sus propuestas enfrentaron bloqueos judiciales o falta de implementación. La más conocida fue la regla de “nación más favorecida”, que fue suspendida por tribunales federales tras demandas de la industria.
Ahora, en plena campaña electoral, Trump vuelve a posicionarse como el defensor de las familias frente a las grandes corporaciones. Aunque sus propuestas no han sido detalladas en términos técnicos, el mensaje político es claro: o las farmacéuticas colaboran, o enfrentan un posible endurecimiento de regulaciones, investigaciones y sanciones federales.
Algunos expertos, sin embargo, advierten que implementar los cambios propuestos podría generar resistencia por parte del Congreso y de los lobbies farmacéuticos. “Reducir los precios sin comprometer la inversión en innovación es un reto técnico y político enorme”, dijo Alex Azar, exsecretario de Salud y Servicios Humanos durante la administración Trump, en una entrevista reciente.
Mientras tanto, organizaciones como AARP (Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas) han aplaudido las presiones sobre las farmacéuticas. “Durante demasiado tiempo, los medicamentos se han vuelto inalcanzables para nuestros adultos mayores. Es hora de actuar”, señalaron en un comunicado.
